MUESTRA DOCUMENTAL:

UN RECORRIDO POR VARIOS SIGLOS DE HISTORIA



 La mayor cantidad de fuentes documentales preservadas en el Archivo General de Puerto Rico corresponde a la segunda mitad del siglo XX, coincidiendo con la creación del Estado Libre Asociado (ELA) en 1952. Este periodo marcó un punto de inflexión en la historia del país al consolidarse un nuevo marco político y administrativo que facilitó el desarrollo de una estructura gubernamental más compleja y abarcadora. Destacamos el Fondo Fortaleza, el del Departamento de Transportación y Obras Públicas, el de la Administración de Fomento Económico, el del Departamento de Agricultura y Comercio, el Fondo de la Policía de Puerto Rico, el del Departamento de Salud, el del Departamento de Hacienda y el del Instituto de Cultura Puertorriqueña.

 

Política, elecciones y persecución

Ante la presión de las Naciones Unidas para descolonizar a Puerto Rico, el Partido Popular Democrático propuso una fórmula de autogobierno limitada, pero más avanzada que la de otros territorios. Así, el 3 de julio de 1950 se aprueba la Ley 600, que permitió al pueblo puertorriqueño convocar una Asamblea Constituyente. El resultado fue la aprobación, el 25 de julio de 1952, de la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico (ELA).

Sin embargo, este acto tuvo sus opositores, desencadenando en una nueva época de persecución política. Entre las décadas de 1950 y 1980, junto a logros en infraestructura, salud, educación e industria, también se vivió una etapa de represión y violencia. Inicialmente se vieron afectados los miembros del Partido Nacionalista Puertorriqueño y del Partido Comunista Puertorriqueño, además de estudiantes, sindicalistas, defensores del ambiente y activistas en contra del servicio militar obligatorio. La vigilancia a disidentes se institucionalizó mediante las “Carpetas”, expedientes creados por la policía para documentar y vigilar a personas vinculadas a movimientos independentistas y cívicos. La forma más extrema de las diversas formas de persecución resultó en el asesinato de dos jóvenes independentistas el 25 de julio de 1978, en Cerro Maravilla, por miembros de la Policía de Puerto Rico.

 

Del campo a la ciudad: nuevos horizontes sociales

Puerto Rico transitó de una sociedad agraria y rural a una industrial y urbanizada, de la cual surgió una clase media cada vez más capacitada y profesionalizada. En el transcurso de apenas tres generaciones, la población pasó de desempeñarse mayoritariamente en labores agrícolas a ocupar empleos en el sector manufacturero, accediendo a mayores ingresos y a un creciente poder adquisitivo. Este cambio estructural facilitó la integración del país a una cultura de consumo, reflejo del modelo económico promovido durante el periodo de industrialización acelerada.

La mujer puertorriqueña se encontró en la encrucijada de un doble rol durante el proceso de industrialización: se convirtió en una de las principales fuerzas laborales en las fábricas, especialmente en las industrias textiles y electrónicas, al tiempo que continuó asumiendo, de forma no equitativa, las responsabilidades del hogar y el cuidado de la familia. Esta dualidad reflejó tanto un avance en su participación en la economía formal como la continuidad de estructuras patriarcales que no reconocían ni redistribuían el trabajo doméstico. A pesar de estos desafíos, su contribución fue fundamental para el crecimiento económico del país y para la transformación social de la segunda mitad del siglo XX.

Otro cambio muy notable fue la migración temporal durante periodos específicos de cosecha y la emigración masiva hacia los Estados Unidos, promovida y facilitada por el propio gobierno como estrategia para reducir el desempleo. Este éxodo afectó a cientos de miles de puertorriqueños, redefinió el paisaje demográfico del país y fortaleció los lazos económicos y culturales con la diáspora.

 

Identidad y cultura puertorriqueña

Impulsado por la creación de nuevas instituciones, Puerto Rico experimentó un extraordinario florecimiento cultural que abarcó todas las manifestaciones artísticas. El Instituto de Cultura Puertorriqueña, con Ricardo E. Alegría como figura central, se consolidó como el principal motor de este renacimiento.

Paralelamente, surgieron iniciativas pioneras en el ámbito de los medios de comunicación, como la creación del primer cine puertorriqueño y del primer canal educativo del hemisferio americano con respaldo oficial del gobierno. Es así como la División de Educación de la Comunidad (DIVEDCO) y WIPR Canal 6, adscritos al entonces Departamento de Instrucción Pública, fueron establecidos con la misión de educar y fortalecer la conciencia cultural del pueblo puertorriqueño.

Durante este periodo, el turismo se promovió como herramienta económica y cultural. Dependenciascomo el Instituto de Cultura Puertorriqueña, la Administración de Fomento Económico y la Oficina de Turismo impulsaron una visión educativa que, además de atraer visitantes, buscaba fortalecer entre los puertorriqueños el conocimiento y la apreciación del patrimonio nacional.

En este contexto, el Festival Casals emergió como una iniciativa emblemática dentro del género de la música clásica, convirtiéndose en un evento de prestigio internacional. Este festival no solo atrajo a renombrados músicos y visitantes del extranjero, sino que también posicionó a Puerto Rico como un destino cultural de alto calibre en el Caribe.